Arias enfatizó que aunque el clima los últimos años ha sido un tanto variable, las estadísticas indican que la fecha de siembra óptima inicia en mayo y se extiende hasta mediados de junio, por lo que el llamado es a sembrar lo antes posible tomando en cuenta las condiciones de clima y suelos para que la semilla pueda manifestar su carga genética de la mejor manera.
El director del centro, no desestimó la calidad de la semilla extrajera, aunque detalló que para que la semilla pueda expresar el potencial de producción a su máximo nivel, requiere desenvolverse en condiciones de suelo favorable; “y en el estado tenemos diferentes clases de suelo; arenosos, arcillosos y franco; lo que quiere decir que químicamente podemos tener suelos muy buenos con buena fertilidad, pero a su vez podemos tener suelos con Ph alto; es decir más de 7.5 o con Ph bajo de menos de 5.5 lo que va a incidir considerablemente en la producción. Lo que quiere decir que las semillas pueden ser nacionales o traídas de afuera, pero si no tienen buen manejo el rendimiento no será el mejor”.
Por último, Arias dijo que “para apuntar a la sostenibilidad de la producción nacional se debe tener inicialmente soberanía tecnológica, y esta se logra produciendo, desarrollando y mejorando nuestros materiales de siembra. En el país disponemos de diversidad genética para hacer las mejoras requeridas para la situaciones o características que se demandan, por lo que el llamado es a los productores para que apuesten por nuestros materiales, ya que es imposible el desarrollo endógeno mientras seamos altamente dependientes de insumos del exterior”. (Texto y Fotografía: Izmir Barreto01/06/2015)