VENEZUELA SIGUE CUMPLIENDO CON LAS METAS DE REDUCCIÓN DEL HAMBRE

     Hoy este número se redujo a una cifra no mesurable estadísticamente. La FAO mide la prevalencia de la subalimentación o hambre, como el número de personas que no consumen el mínimo de calorías diarias necesarias para una actividad ligera y un peso aceptable mínimo para la estatura de la persona.  El mínimo de calorías diario para la FAO son 1.800 kilocalorías/per cápita/día disponibles. En Venezuela la disponibilidad de kilocalorías per cápita supera las 3.000.

    Lo que quizás, se esté preguntando la mayoría es ¿Cómo ha hecho Venezuela para alcanzar ambas metas y cómo ha hecho para seguir cumpliendo las mismas?

     

    Venezuela, con el inicio del gobierno revolucionario del presidente Hugo Chávez, comenzó un conjunto de medidas que iban destinadas a velar “realmente” por las clases menos favorecidas. Comenzó con el Decreto con fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos del 2001, con la el cual se revierte la política de apertura petrolera aplicada por los gobiernos anteriores. Con esta Ley el Gobierno le adjudica a petróleos de Venezuela (PDVSA) y a los recursos petroleros una función social y se abroga al Ejecutivo la administración de esos recursos. Esto repercute de una manera sustancial en los recursos destinados a la inversión social, la cual aumentó de 80.608 millones de dólares entre 1984-1998, un 36,2% del ingreso público, a 623.508 millones de dólares para 1999-2013, un 64,1% del total del ingreso público, lo que demuestra un aumento de la inversión social de 25,8% entre 1998 -2013. A partir de esto todo el panorama de inversión social destinada a los menos favorecidos cambio radicalmente y se tradujo en una indudable mejora del acceso a los alimentos –uno de los pilares del concepto de seguridad alimentaria y nutricional- , y posicionó a Venezuela como uno de los países menos desiguales del continente.

    Múltiples han sido las medidas desde entonces. Desde los más de 22.000 establecimientos dispuestos por Misión Alimentación, pasando por las distintas iniciativas del Programa Nutrición para la Vida del Instituto Nacional de Nutrición y el aumento de un 455% del número de personas incorporadas al sistema de seguridad social, al pasar de 475.524 personas para el 1999 a 2.436.306 para 2012, hasta llegar a medidas más recientes como el establecimiento de una Ley Orgánica de Precios Justos y la creación de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos , así como la aprobación del Plan Sistémico para la Lucha Integral contra el Contrabando de Alimentos; medida certera que busca atacar la escasez y el desabastecimiento y donde se prevén duras medidas para aquellos que se dediquen al contrabando de extracción. En esta línea, para combatir el acaparamiento y la especulación también estableció un sistema biométrico- aun en período de prueba- para evitar el comercio informal de alimentos, el acaparamiento y mejorar la planificación del abastecimiento.

    Es importante destacar, la reciente creación de una Vicepresidencia para la Seguridad y Soberanía Alimentaria, lo que ha dado un reimpulso al tema con acciones como el relanzamiento de la Gran Misión AgroVenezuela, la creación del Registro Único Obligatorio Permanente de Productores y Productoras Agrícolas (RUNOPPA)  y la reciente aprobación de 6 mil millones de bolívares y 2.221 millones de dólares para el sector agrícola por parte del Presidente de la Republica. También el Gobierno, tomando en cuenta el crecimiento del sobrepeso y obesidad que hoy afecta al mundo, y lamentablemente también a los venezolanos, ha lanzado la campaña Agarra Dato, Come Sano que busca promover buenos hábitos alimenticios, así como el hacer ejercicios. También, encontramos la aprobación de 2.428 millones de bolívares al “Plan de Producción Zamora”, para la culminación del ciclo norte-verano 2014 y la aprobación de la creación de un Fondo de pre-inversión para proyectos de aprovechamiento hídrico, que contará con 20 millones de dólares para equipos científico y consultaría internacional sobre el tema del agua y 200 millones de bolívares para estudios de campo y proyectos de despliegue nacional para la preservación, generación de agua y todos sus usos, tanto para el consumo humano como para el desarrollo económico del país en todos los campos, entre ellos el agrícola.

    Aunque Venezuela en materia de seguridad alimentaria y nutricional tiene que enfrentar altas tasas de inflación y especulación y mejorar la planificación en relación al abastecimiento, no se puede dejar de reconocer sus esfuerzos por una reorganización institucional y las numerosas acciones, obras y medidas que hacen palpable el compromiso político verdadero que ha tenido el Gobierno Venezolano al priorizar la seguridad alimentaria y nutricional dentro de su agenda. Un Gobierno que  no se ha quedado en las palabras, sino que las ha llevado a acciones concretas.

     

     

     

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